No sé qué se cree esa señora, diciendo que ella era “la única tienda de cerámica Grez en todo el pueblito” frente a esas tres jovencitas. Esa señora loca lo único que quiere es perjudicarme y quitarme la clientela. Todavía recuerdo la cara de sorpresa de unas de las niñas, preguntándome si esa tacita de mi local era cerámica Grez. Le dije que sí y se rió a carcajadas, contándome que en el local de la vuelta, otra señora les dijo que ella era la única tienda que vendía este producto. ¡Qué rabia me dio! Pero intenté disimular. Le contesté que otras personas también me habían dicho lo mismo y sonreí. Parecía que les simpaticé a las lolitas, porque se quedaron un rato contándome cómo había sido cuando entraron a la tienda de la señora loca. ¡Por Dios que disfruté ver cómo se reían de ella!, está tan loca como yo pensaba. Me contaron toda la historia con lujo y detalle. Me contaron que fue la primera tienda que visitaron y que al entrar, la señora comenzó a decirles: ¡compren, compren! 1300º no se rompe, 1300º, se puede meter al microondas, al horno y no se rompe, y que luego había comenzado a golpear su mercadería. Después me contaron que siguieron mirando y les preguntó de dónde venían, y ellas les contestaron de Santiago y volvía preguntarles de donde venían. Ellas, asustadas, le respondieron otra vez: de Santiago. Y ella les dijo: si compran se los envuelvo en esté plástico, ¿quieren llevar eso o eso otro?, vamos, compren 1300º; no se rompe nada, es cerámica Grez. Otra de las niñas, la de ojitos claros, interrumpió el relato de su amiga. Quería contarme algo que la otra chica había omitido. Me dijo que le había preguntado qué significaba 1300º y que ésta solo le había contestado: Eso poh'! 1300º, no es una cerámica normal.
Nos reímos un buen rato. Las chicas estaban impactadas por la locura de la señora. Sus risas sonaban chistosas, llenas de una burla infantil. Aproveché de decirles: no es la primera vez que me cuentan algo similar, pero esta tienda es diferente. Aquí se venden piezas de Grez sin presionar a los clientes. Estos solo tienen que ver tranquilos y llevarse lo que quieran.
Comenzaron a mirarse y sonrieron dándome las gracias, para luego retirarse de mi tienda sin comprar nada. Vi que se dirigían a una tienda mapuche; otra vez estos mapuches comerciales, que solo quieren vender a los extranjeros y a uno que otro chileno. La verdad es que ninguno de ellos sabe nada de los mapuches, no entienden nada de lo que venden, por lo menos yo sé que vendo cerámica Grez en el Pueblito los Domínicos, y no me arrepiento de ser una tienda comercial, si total, la gracia es ganar dinero, y esas tiendas que se creen mapuche son tan comerciales como mi tienda.
¡No se qué haré con estos dos! Entre estos comerciantes que se juran mapuches y esta tipa loca que dice que es la única tienda que vende cerámica Grez. Luciéndose con su frase típica: ¡compre, compre! 1300º; no se quiebra nada. ¡Me quedaré sin clientela, y yo no estoy ni ahí con ellos!, porque yo estoy aquí para ganar plata.
Diana Sopherlies.
Fuente : http://www.travel-buenosaires.com/weblog/wp-content/uploads/pueblo-artesanal-los-dominicos-in-santiago.JPG